La otoplastia es la intervención quirúrgica dirigida a corregir la deformidad de las orejas conocida como “orejas prominentes, despegadas o en soplillo”. También se pueden corregir otras deformidades como las ¿orejas en copa?, deformidades postraumáticas e incluso disminuir el tamaño de las orejas en las otoplastias reductivas .
Las “orejas en soplillo” es la deformidad más frecuente y en ella los pabellones auriculares se encuentran separados de la cabeza de forma exagerada. Habitualmente se aconseja la intervención antes de que el niño sea consciente de su deformidad por las burlas de los compañeros. Esta edad suele ser sobre los 6-7 años. Obviamente, no existe ningún inconveniente en realizarla en adultos.
En niños pequeños suele ser necesaria la anestesia general pero a partir de los aproximadamente 10 años suele emplearse la anestesia local con sedación. La hospitalización es de unas pocas horas tras la intervención.
TÉCNICA DE LA OTOPLÁSTIA
Practicamos una incisión en la cara posterior de la oreja, eliminando la piel sobrante; a continuación remodelamos el cartílago de tal forma que tras el proceso de cicatrización el resultado deseado será permanente. Esta técnica evita problemas de rechazo de suturas y recidivas de la forma y posición anterior de la oreja; asimismo, recrea una forma natural del pabellón auricular, sin plegados excesivos o formas inadecuadas que pueden ser observadas en otras técnicas.
POSTOPERATORIO DE LA OTOPLÁSTIA
En los días posteriores mantenemos una banda durante 6-7 días, colocándola durante la noche unas cuatro semanas más. Durante los primeros días las orejas pueden doler un poco pero se alivia con analgésicos y antiinflamatorios habituales. El proceso de recuperación es de aproximadamente una semana, pudiendo habitualmente reincorporarse a la actividad escolar o social sin que queden signos evidentes de una intervención quirúrgica al cabo de este periodo.