La mamoplastia de aumento la realizamos habitualmente en aquellas pacientes en las que existe una falta de desarrollo de la mama y en aquéllas que han perdido volumen mamario con la edad o tras el embarazo. También utilizamos esta técnica con algunas modificaciones en malformaciones congénitas mamarias ( mamas tuberosas y asimetrías mamarias).
TÉCNICA MAMOPLÁSTIA
La mamoplastia de aumento se realiza colocando un implante debajo del músculo pectoral y la glándula mamaria (técnica en doble plano). En esta localización se consigue a medio y largo plazo un resultado mucho más natural y duradero, suavizándose el contorno de las prótesis, fundamentalmente en su polo superior. Las incisiones, de unos tres centímetros, se colocan en el pliegue mamario inferior o en el borde inferior de la areola. La intervención se practica bajo anestesia general habitualmente.
Aunque existen varios tipos de prótesis mamarias según su relleno, en la actualidad opinamos que los implantes de gel cohesivo de silicona ofrecen un tacto mucho más natural, presentan una gran seguridad y duración, estando garantizadas por el fabricante de por vida. Los numerosos estudios realizados demuestran que NO EXISTE relación entre las prótesis de gel de silicona y la aparición de enfermedades auto-inmunes o cáncer de mama, siendo ampliamente utilizadas en todo el mundo. De hecho, la utilización de implantes mamarios en la reconstrucción mamaria en mujeres mastectomizadas es habitual.
La duración de la cirugía suele ser de una hora y media, siendo dada de alta la paciente al día siguiente de la intervención. Los drenajes, que opinamos que son fundamentales para evitar complicaciones a corto y largo plazo, son retirados generalmente a las 24 horas.
POSTOPERATORIO MAMOPLÁSTIA
La cirugía de aumento de pecho conlleva habitualmente molestias postoperatorias que serán tratadas con los analgésicos convenientes. La vuelta al trabajo se realiza a los siete días si éste no es físico, pudiendo alargarse el periodo recomendado de convalecencia dependiendo de cada caso.
El tratamiento de cada paciente es totalmente individualizado, dependiendo el plan quirúrgico y el resultado final de muchos factores previos como la forma, tamaño y volumen de los pechos, estructura del tórax, las posibles asimetrías y la separación entre las mamas. Por ello es fundamental una adecuada planificación previa en la consulta que requiere más de una exploración; en esas visitas previas se decidirá también el volumen de aumento tratando de equilibrar el deseo de la paciente y la armonía corporal.
Esta intervención no limita la capacidad para dar de mamar si la paciente queda embarazada tras la operación, ni impide la realización de mamografías.
El aspecto definitivo suele ser muy grato para la paciente, que ve cómo su silueta presenta una mayor armonía. El resultado es permanente aunque puede sufrir ligeras modificaciones dependiendo de distintos factores (embarazos, fluctuaciones importantes en el peso, etcétera).